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La alimentación estratégica promueve la sostenibilidad del sistema productivo del cuy

La alimentación estratégica promueve la sostenibilidad del sistema productivo del cuy

Obonuco, Nariño. Mayo 26 de 2020. En esta nota, el investigador Juan Leonardo Cardona del Centro de Investigación Obonuco de la Corporación colombiana de investigación agropecuaria - AGROSAVIA, nos cuenta algunos apartes sobre las particularidades de la alimentación de los cuyes y de la importancia de los forrajes como base para una buena nutrición en esta especie.

El cuy o curí, cuyo nombre científico es Cavia porcellus, es un mamífero roedor originario de las zonas andinas de nuestro continente, su cría se ha centrado básicamente en países como Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. La mayor parte de la producción cuyícola se destina principalmente al consumo de su carne como excelente fuente de proteína animal, aunque también se aprovechan subproductos como su piel en la industria de las curtimbres, las excretas como abono orgánico y, en menor proporción, es criado como mascota o como animal para investigación médica.

La población de cuyes en la zona andina de nuestro continente se estima en unos 120 millones de cabezas, siendo Perú y Ecuador los países con mayor población, 65 y 47 millones de cuyes respectivamente. En dichos países, la especie se encuentra distribuida en casi la totalidad del territorio, mientras que en Bolivia con aproximadamente seis millones de cabezas y en Colombia con aproximadamente cinco millones, su presencia se encuentra segmentada en determinadas regiones.

En Colombia, hasta principios del siglo XX, la crianza de cuyes abarcaba varios departamentos del sur, centro y oriente del país, pero debido a creencias culturales asociados a factores sanitarios, se fue generando la disminución de su cría, y esta se fue relegando a los departamentos del sur. En nuestro país el departamento de Nariño cuenta con el mayor número de animales, y alcanza cerca del 91 % de la producción nacional; después se encuentran los departamentos de Cauca, Huila, y Putumayo. Una de las particularidades de esta especie, es que es manejada en su mayoría por mujeres, siendo ellas las encargadas de todo el proceso de crianza, y comercialización.

Como se mencionó anteriormente el cuy hay sido fuente de proteína animal para muchas comunidades a través del tiempo, por lo que es uno de los alimentos de origen pecuario que proporcionan soberanía alimentaria y una fuente de ingresos para muchas poblaciones rurales de Latinoamérica.

Al igual que todas las especies pecuarias, en Cavia porcellus la nutrición juega un papel preponderante; es por eso que todas aquellas estrategias que propendan por mejorar la alimentación de los animales garantizarán un mejor desempeño de los cuyes en sus diferentes fases productivas (lactancia, levante, engorde, y cría).

El cuy es un animal herbívoro y monogástrico, con una alta capacidad de consumo, cuya alimentación se basa principalmente en forrajes. Por esta razón, no compite directamente con los humanos por recursos alimenticios como el maíz y el trigo.  Anteriormente, la alimentación de los cuyes a nivel de crianza familiar se basaba en residuos de cocina; en la actualidad, esos mismos sistemas han adoptado estrategias de alimentación basados en forrajes, minibloques nutricionales y concentrados caseros, elaborados a partir de recursos alimenticios propios de cada región.

En sistemas de producción cuyícolas de mediana y gran escala además de los forrajes, la dieta es basada en alimentos balanceados comerciales (concentrados), con el fin de obtener más eficiencia en parámetros productivos como las ganancias de peso. La ingestión y transformación de los alimentos en los cuyes inicia en la boca, donde están dispuestos 20 piezas dentarias los cuales ayudan a triturar el alimento, en el estómago se lleva a cabo la mayor parte de la digestión de las proteínas, y posteriormente en el intestino delgado y grueso se da la digestión y absorción de la mayoría de los nutrientes.

Precisamente, una de las particularidades de los cuyes, es que tienen un ciego (porción del intestino grueso) muy desarrollado. En esta estructura en forma de saco es donde se fermentan los carbohidratos fibrosos de la dieta, es una porción que contiene bacterias, y al igual que en el rumen de las vacas, dichas bacterias ayudan a desdoblar mejor los componentes de la fracción fibrosa del alimento.

Además, los cuyes al igual que los conejos, llevan a cabo una práctica llamada la cecotrofía. La cecotrofía consiste en ingerir los cecotrofos o también llamadas heces blandas, producidas en el ciego, las cuales son ricas en nutrientes que no alcanzaron a digerirse en el intestino delgado como proteínas, vitaminas y carbohidratos. Estos cecotrofos son tomados directamente del ano y vuelven a ser ingeridos por el animal, para que tengan una “segunda digestión” y así aprovechar mejor los nutrientes de la dieta. La cecotrofía generalmente se lleva a cabo en horas de la noche por lo que no es fácil observar esta práctica.

Como vimos el cuy es una especie que se caracteriza por responder muy bien a una alimentación basada en forrajes, de hecho, para pequeños cuyícultores, los forrajes son su principal recurso alimenticio; así se evidenció en la línea base realizada en Nariño y Putumayo en el marco del Proyecto para escalar la investigación regional y las innovaciones de pequeños agricultores en la cadena de valor del cuy, celebrado entre El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y Agrosavia, liderado por la investigadora de Agrosavia, Rocío Esperanza Patiño. 

El estudio en mención reveló que el 52 % de los productores vinculados al proyecto afirmaron que la alimentación de sus animales era netamente basada en forrajes, y el 78,5 % de estos, producidos en la propia finca. Por otra parte, el 46 % de los productores argumentó llevar a cabo una alimentación mixta (forrajes-concentrados,

forrajes-germinados y/o forrajes-bloques), el 1,5 % dijo utilizar residuos de subproductos agrícolas y/o residuos de cocina, y solo un 0,5 % alimentaba únicamente con concentrados. Una de las conclusiones de esta investigación fue que, para los pequeños productores del sur del país, el forraje es imprescindible para alimentar a sus cuyes; desafortunadamente la oferta forrajera para los sistemas productivos, en cantidad y de calidad, se ve afectada por la estacionalidad forrajera, derivada de eventos climáticos como largas sequías o heladas.

En el estudio también se encontró que, dentro de las especies predominantes en la composición de las dietas de cuyes, las gramíneas son las más utilizadas, seguido de recursos forrajeros locales y de las arbóreas. Gramíneas como el kikuyo (Cenchrus clandestinus), Saboya o Falsa poa (Holcus lanatus), pasto Brasilero (Phalaris arundinacea), Avena (Avena sativa), y varias especies de reygrases (Lolium perenne), son las más utilizadas por los productores, y se mezclan con leguminosas como los tréboles blancos (Trifolium repens), o la Alfalfa (Medicago sativa). En especies forrajeras perennes, el Sauco (Sambucus nigra), la Chilca (Baccharis latifolia), el Botón de oro (Tithonia diversifolia) y la Morera (Morus alba), figuran entre las más utilizadas.

Si se tiene en cuenta que cerca del 60 % de los costos de producción corren por concepto de la alimentación, es importante seguir propiciando el uso de forrajes como base para alimentar los cuyes, ya que estos son el recurso alimenticio más barato en herbívoros. El establecimiento y uso de especies forrajeras en diseños silvopastoriles como bancos mixtos forrajeros, puede ser una alternativa sostenible para cosechar todo el año forraje en cantidad y de calidad para los cuyes.

Sin embargo, se debe considerar que, si los forrajes no son de buena calidad, no alcanzarían a suplir los requerimientos nutricionales de los cuyes. Por ejemplo, las hembras en lactancia necesitan altos requerimientos energéticos y proteicos para producir leche de buena calidad, así las crías crecerán fuertes y sanas. 

En todas las etapas del cuy es importante garantizar los requerimientos nutricionales de energía, proteína, fibra, minerales y vitaminas. La vitamina C, por ejemplo, tiene un comportamiento especial en los cuyes, ya que estos no son capaces de sintetizarla, por esta razón el alimento debe contenerla y proporcionarla. Afortunadamente los forrajes verdes y frescos la contienen en altas cantidades.

Cuando los forrajes escasean o no son de una calidad nutricional óptima para alimentar los cuyes, se pueden utilizar otras alternativas de suplementación para tratar de suplir los requerimientos nutricionales en la dieta. Es así como en el sur del país, productores cuyícolas implementan la suplementación estratégica, basada en alimentos como los bloques multinutricionales, germinados y concentrados caseros. Los bloques, los cuales son suplementos compactados a presión, son preparados con subproductos como la melaza (fuente energética), materiales fibrosos como salvados, cascarillas, mogollas o afrechos, enriquecidos con fuentes proteicas y fibrosas como hojas o harinas de Botón de oro, calabaza, o alfalfa, también deben llevar una fuente de minerales, y compactantes como cal o cemento. En municipios productores de panela de Nariño como Ancuya, Sandóna, o el Tambo, los bloques multinutricionales son realizados con subproductos de la caña panelera, como la melaza, el melote y/o el bagazo.

El uso de germinados también es una estrategia importante de suplementación en cuyes, estos se obtienen cuando se ponen a germinar semillas de maíz, avena o frijol, los germinados son alimentos frescos donde el animal consume hojas y tallos tiernos de cereales y/o leguminosas ricas en proteínas, vitaminas y ácidos grasos esenciales para el animal. Por último, es importante resaltar que el consumo de agua fresca y limpia es esencial para los cuyes, este consumo debe aumentar sobre todo cuando se ofrece a los animales forrajes toscos, concentrados o bloques multinutricionales.

Según Cardona, “Es indispensable seguir caracterizando especies forrajeras y recursos alimenticios, con potencial para alimentación de cuyes; ya que con una buena alimentación se garantizará una óptima nutrición del animal, superiores parámetros productivos en los cuyes, y por ende, mejor rentabilidad para el productor… En el tema de nutrición de cuyes hay mucho camino por recorrer, ya que no se cuenta con información sobre requerimientos nutricionales propios para la realización de las dietas, razón por la que se debería generar estimación de requerimientos para Colombia y la zona andina Latinoamericana basados en las razas, climas y manejos particulares de estas regiones”.

Para tratar de contribuir con la transferencia de conocimiento en cuanto a mejores prácticas en la alimentación del cuy, colaboradores de los centros de investigación Obonuco y Tibaitata de Agrosavia, elaboraron un manual titulado: Importancia de la alimentación en el sistema productivo del cuy,  cuyo objetivo es orientar sobre conceptos básicos de nutrición en cuyes, manejo y uso de recursos alimenticios haciendo énfasis en forrajes, manejo óptimo del agua, cuidado de alimentar a los cuyes con plantas tóxicas, cómo elaborar dietas caseras para cuyes con recursos alimenticios propios de la región, entre otros temas de interés para los cuyicultores.

Se puede acceder de forma libre y gratuita al manual en el enlace a continuación: https://doi.org/10.21930/agrosavia.manual.7403329 

 

 

  • Más información:
  • Alcira Delgado Sánchez
  • Profesional de Comunicaciones, Identidad y Relaciones Corporativas
  • Centro de Investigación Obonuco
  • Oficina Asesora de Comunicaciones, Identidad y Relaciones Corporativas
  • adelgado@agrosavia.co
  • AGROSAVIA