Un área de manglar equivalente a casi el doble de la ciudad de Quito (56 396 hectáreas) es lo que se ha perdido en Ecuador en los últimos cuarenta años, según la organización Conservación Internacional, pese a los mecanismos de protección implementados por diferentes gobiernos, en especial desde 1986.   

Esta reducción se debe a factores como deforestación, crecimiento urbano e industrial. 

Estos ecosistemas están protegidos en el país desde 1994. Además, se los reconoce como una especie prohibida de talar y es considerado como un ecosistema frágil que el Estado tiene la obligación de proteger. 

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Con cifras a julio del 2018, Ecuador posee 161 835 hectáreas de manglar, de las cuales 72 523 se encuentra dentro de las áreas protegidas y 68 000  están dentro de varios mecanismos de conservación, según el Ministerio del Ambiente.  De acuerdo con ello 21 312 hectáreas no tendrían protección.

Más de cien especies de aves  se han registrado en los ecosistemas de manglar en Ecuador. Foto: Ángel Aguirre

En ciudades como Guayaquil, cuyos habitantes crecieron históricamente con el manglar, da la impresión que se ha dado la espalda a este importante ecosistema, pese a que tiene uno de los estuarios más grandes del Pacífico sur. 

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El registro de la disminución de los manglares en el país se da desde 1969. Ecuador ha perdido cerca del 27 % de sus manglares originales, según cifras del libro Árboles de Guayaquil.  

“Pero  los manglares pueden crecer un metro por año y podemos recuperarlos... Entonces, en Guayaquil no es tarde, siempre se puede empezar”, dice Natalia Molina, directora del Proyecto Manglares del Ecuador que implementa la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) y coautora del libro. 

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Un ejemplo exitoso, referido por Molina, es la restauración de manglares del Parque Histórico de Guayaquil donde se recuperaron 1,7 hectáreas que se sembraron desde el 2000.

Aunque la especialista sostiene que los mecanismos para fomentar la conservación de manglares en ciudades como Guayaquil deben ser diferentes a los aplicados en localidades como Posorja o El Morro: “No podemos decir a los habitantes de Kennedy o Urdesa que quiten sus casas porque queremos hacer crecer el manglar”. 

En Guayaquil la expansión urbana afectó el manglar aunque todavía quedan remanentes en varios sectores de la ciudad. Foto: Ángel Aguirre

Molina propone restaurar las orillas de estos sectores donde haya cursos de agua y se puedan hacer canales. 

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En el parque lineal de la Kennedy es posible ganar espacio para los manglares, drenar, hacer canales para que entre el agua, ya que el flujo de la marea todavía llega. Esto nos dará mayor seguridad frente a oleajes e inundaciones. Los manglares son la barrera natural que tiene la Costa”, dice. 

La sedimentación, el relleno para crecimiento urbano y la expansión de industrias como la camaronera, según Molina, es lo que ha reducido los manglares no solo en la ciudad, sino en toda América.

Iniciativas municipales como la aplicación de un plan maestro de áreas verdes que se ha anunciado en Guayaquil servirían para recuperar la vegetación original. 

“Otra cosa que los guayaquileños no conocen son las llanuras inundables que todavía están en la vía a Daule y el espinar litoral (ecosistema de cactus) que todavía se puede recuperar”, señala Molina.

Entre el 13 y 15 de noviembre se realizará el primer Congreso de Manglares, organizado por la facultad de Ingeniería de la UEES, donde se analizará el estado  de estos ecosistemas en América, la importancia de su conservación, y opciones para una acuicultura sustentable. 

También se explicarán iniciativas como la  figura de la concesión de manglares a los usuarios ancestrales que fue adoptada por Ecuador hace 20 años y es considerada un ejemplo de conservación. Además del programa Socio Bosque. 

 “En Colombia tenemos varias iniciativas, pero no han logrado un impacto efectivo como el caso de Ecuador, es interesante”, dice William Galvis de la Universidad Nacional de Colombia, quien  dictará una conferencia sobre las arañas del manglar en el congreso organizado por la UEES. (I)